El trance hipnótico es un estado
de la naturaleza humana y de otros seres vivos que nos conduce a experimentar
la realidad desde una sensorialidad que trasciende la de los sentidos físicos.
Cuando más profundo sea el trance más nos adentraremos en las profundidades del
misterio de la vida y tendremos la oportunidad de experimentar la capacidad de
la naturaleza humana más allá de los límites cotidianos.
De forma análoga al dormir en el
que el sueño onírico va desde un no recordar los sueños hasta el sueño lúcido
en el que vivimos el sueño como real, las gradaciones del trance hipnótico van
desde el trance ligero al trance profundo. De cada uno de los niveles del
trance se deriva una vivencia de la hipnosis y cada una de sus gradaciones tiene
sus propias aplicaciones. Igor Ledochowski propone la siguiente categorización:

  •  Trance Ligero: cuando las facultades críticas
    quedan transitoriamente suspendidas.
  • Trance simple: cuando el sujeto manifiesta la
    apariencia de un trance profundo pero internamente se está limitando a
    amoldarse a las sugestiones. 
  • Trance profundo: cuando el sujeto vive de hecho
    la sugestión como si fuera real.
Hay que resaltar que en los dos
primeros niveles del trance, la mente procesa la información del entorno en dos
niveles: percepción sensorial (experiencia primaria de la realidad) y mediante representaciones
internas de la sugestión (experiencia secundaria de la realidad) que permiten
al sujeto hipnotizado mapear el mundo real. Estos dos niveles de trance, ligero
y simple, son los utilizados en la hipnosis clínica y psicoterapéutica. Pero
hay un nivel profundo del trance que es el utilizado en la hipnosis experimental,
hipnosis que nos pone en  contacto con la
experiencia de la esencia última de la realidad, por supuesto dentro de los márgenes
de capacidad que nos otorga la creación.
La hipnosis experimental
trasciende los niveles físicos y psicológicos del ser, y le adentra en el mundo espiritual y de la metafísica, en el
mundo de las causas primarias, de la esencia, de las propiedades y facultades
originales desde la misma vivencia. La hipnosis experimental tiene lugar en el
trance profundo y lo en él vivido es la realidad esencial en el sentido de que
tan real es lo percibido con los ojos en estado de vigilia como en estado de
trance (¡ojo! en el trance profundo el sujeto puede estar con los ojos
abiertos). La aventura del conocimiento de “quien soy” y “que es la vida” tiene
un profundo aliado en el trance profundo bien se manifieste este por inducción hipnótica,
como por el sueño lucido, el trance místico u otras formas de experimentar este
estado natural en su grado más hondo. La vivencia del trance profundo nos conduce
a la revelación que arroja luz sobre nuestra esencia e identidad.
La vivencia en el trance profundo,
incluso la que tiene lugar en los espectáculos de hipnosis ¡que es la vida sino
un espectáculo de magia y misterio!, cuestiona y renueva la realidad que habíamos
construido desde sus cimientos. En ella es posible ver lo que otros no ven incluso
con los ojos abiertos y el mundo físico se muestra entonces como una apariencia
de la realidad última esencial generadora de las formas. En otras y contadas
ocasiones la vivencia del trance profundo conduce a un estado de tan hondo reposo que el sujeto desconecta y trasciende la sugerencia del hipnotizador, deja de atender a
lo que éste le dice y se deja simplemente estar ahí, en un estado interior de vacío
y experiencia de la nada primigenia, con su cuerpo físico tan dormido que a los
ojos del observador externo puede parecer una situación anómala en la que algo
no va bien (como recientemente sucedió en un espectáculo en Madrid del que se hizo eco ampliamente la prensa). En estos
casos solo hay que darle tiempo al tiempo, el sujeto de forma análoga a como sucede
en el sueño y al dormir nocturno entrará en una fase de despertar por si mismo
en un tiempo equivalente a un ciclo del sueño. Recordemos que en cualquier
trance es el hipnotizado quien pone internamente los límites de la experiencia.
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sueño una realidad” (A. Saint-Exupery)